sábado, 28 de marzo de 2009

CARTA APOSTÓLICA

A todos mis hijos en el ministerio y a mis queridos amigos
Salud, gozo y paz sean para todos en Cristo Jesús Señor Nuestro
Este ha sido un año extraordinario para mí, para mi familia y para nuestra congregación, hoy llamada Centro Mundial de Adoración. Tengo que decirles con toda honestidad que en ningún momento hemos sentido los golpes de la crisis mundial porque hemos sido previsores al poner en práctica todos los principios del Reino de Dios para cualquier época de la Historia Humana. Debo recordarte y profetizarte con vehemencia que ni Dios ni Su Reino están en crisis; las circunstancias sólo podrán dificultar nuestro camino o entorpecer nuestro paso, pero nunca impedirnos el llegar a nuestro destino profético en Dios. En Jehová siempre hay y habrá victoria. Con honda preocupación he leído algunos correos electrónicos provenientes especialmente de Norteamérica, en los cuales noto un profundo temor en los ministerios que radican allí con respecto a su futuro financiero. No es lo mismo que puedo leer en los correos provenientes de muchos otros países de Centro y Suramérica. Quizás es porque todos los países de Latinoamérica con la excepción de Estados Unidos y Canadá hemos vivido bajo constantes crisis económicas, políticas, sociales y militares, lo cual nos ha capacitado para caminar en medio de estos huracanes y hemos sabido encontrar respuestas en Dios. Más creo que mi deber como Apóstol es llamar la atención y exhortar al Ministerio y Liderazgo de nuestro Continente a caminar en “esta hora” haciendo uso de los principios bíblicos, de la profecía ya declarada por Dios y sobre todo, a no bajar la guardia y no permitir el ser víctimas del temor. Dios nos ha hecho más que vencedores. Los renglones siguientes salen de lo más profundo de mi corazón con la oración más ferviente de que a través de mis palabras todo ministro y líder pueda reaccionar positivamente como Dios lo está esperando en estos tiempos postreros:
1. Una de las cosas que hace grande a un entrenador en el futbol soccer es no sólo entrenar física y tácticamente a su grupo, sino que, en medio de cada juego, tener la lectura correcta del partido. Solo así le podrá ganar tácticamente a su oponente haciendo los cambios y modificaciones en el juego que le den el triunfo. Hoy los ministros apostólicos y proféticos debemos pedirle a Dios la habilidad y Su Favor para saber leer “este partido”. Las crisis son para los perdedores, tiempo de peligro inminente y catástrofe, pero para el Pueblo de Dios es un tiempo de oportunidad, de inventiva y de dar a luz las cosas que el Espíritu ha guardado dentro de nosotros. Yo te exhorto a leer bien el juego y no permitirle al miedo que te haga verte como una langosta. Esta es la mejor época para que la transferencia de riqueza profetizada por años se dé hacia las manos de los creyentes fieles.
2. Mi buen amigo el profeta Kevin Leal enseña que el Modelo siempre será mejor que la predicación, por tanto, ya llegó la hora de pasar de la mucha predicación a la práctica. El mundo está esperando soluciones, ministros que demuestren el Reino viviendo lo que predican y no líderes amedrentados por una crisis financiera porque han aprendido a depender de los diezmos de la gente y no de lo que ellos siembran; un sembrador jamás tendrá temor al futuro porque sabe que el que siembra siempre cosechará. Llegó el tiempo de enseñarle a la gente que hoy es el tiempo en que más generosos deben ser.
3. Por muchos años los creyentes de muchas naciones han tenido muchas cosas pero todo lo han comprado financiado y llenándose de deudas; a esto le hemos llamado equivocadamente prosperidad; no nos hemos cuidado del gran error de caer en la deuda. Yo profetizo que muchos serán probados por su falsa prosperidad y por su mala administración de los recursos que Dios puso en sus manos, pero para aquellos que hemos sido prudentes, que hemos comprado sin deuda Dios nos bendecirá más allá de lo que podemos entender. Lo que se está tambaleando es un sistema mundano de crédito y de deuda pero no el Trono de Dios.

Espero que esta carta apostólica la recibas con un corazón abierto para meditar en oración mis palabras y para hacer los cambios que sean necesarios para ser los ministros apostólicos y proféticos que el Cuerpo de Cristo necesita ver en acción hoy. Mientras tú lees esta carta yo reprendo todo espíritu de temor que ha llegado a tu nación a través de las mentiras circunstanciales que nos anuncian los diversos medios informativos; yo te anuncio de parte de Dios que la mejor hora de la historia de la Iglesia está a las puertas. Amén y amén.

Apóstol Rony Chaves

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