"A El oid".....dijo el Padre en el monte de la transfiguración, a su amado hijo Jesús, como representantes de la ley estaba Moises, a quien se le dieron los mandamientos, ordenanzas y leyes de la boca de Dios para el pueblo, gracias a estas Israel logró sobrevivir entre tanto paganismo y contaminación del ser humano. Representando a los profetas, oidores de las palabras de la boca de Dios , estaba Elías, profeta de Dios que fue llevado por un carro de fuego en cuerpo, alma y espíritu a la presencia de Dios.
Sin embargo, el Padre dice que en esta generación era necesario escuchar a su hijo, a Jesucristo, sobre quien reposaba la ley, y es el Espíritu de la profecia, segun Apocalipsis, Cristo manifestaba la plenitud y consumación de todas las cosas, la perfección hecho vida y esa vida reposaría en cada uno de nosotros, por tanto oyendo a Cristo , nos impregnamos de la verdad profética y de la verdad de la ley, MARAVILLOSA VERDAD.
Aquel que es seguidor de la ley, sin la revelación profética de Dios, vivirá con una gran verdad incompleta , aquel que es apasionado por la unción profética, debe completarse con la ley de Dios, y esto lo hace Jesucristo.
La revelación de Jesucristo, la vida de Cristo ,nos vivifica, nos transforma, nos prepara, para ser tipos de personas en esta sociedad manifestadoras de El, de su esencia, de su verdad, de su amor, de su pureza, nada queda igual cuando te vivifica, nada, tu ser entero cambia, tu forma de vestir cambia, tu boca habla verdad, tus manos se mueven para hacer el bien, tu familia nota en ti su aroma, su frescura, su pureza.
Mi amado Jesús, gracias por manifestarte a nosotros tu pueblo, gracias por tu grandeza, por tu Reino de plenitud. GRACIAS